La agencia de noticias estadounidense Associated Press (AP) publicó este lunes 13 de marzo un reportaje de Joshua Goodman, fechado en Miami, en el que asegura que el exembajador de Estados Unidos ante las Naciones Unidas Bill Richardson, «viajará a Venezuela para instar al presidente Nicolás Maduro a liberar a varios estadounidenses encarcelados como gesto de buena voluntad para suavizar las tensiones con Estados Unidos».

El reportaje titulado «Richardson busca liberación de estadounidenses en Venezuela» resalta que el Richardson Center, «que ha negociado la liberación de unos 40 estadounidenses retenidos por gobiernos hostiles y organizaciones criminales», anunció el lunes en las redes sociales la reunión prevista con Maduro.

Al respecto, agrega Goodman en su despacho que «Richardson no dijo en nombre de quién viajaba a Caracas ni cuándo se reuniría con Maduro, que fue acusado hace poco en Estados Unidos de delitos relacionados con el narcotráfico», como parte de las acciones sediciosas y de bloqueo que emprende Washington contra Venezuela para tratar de sacar de la presidencia de la República al jefe de Estado venezolano e imponer uno a su conveniencia.

Resalta AP que Richardson tendría como misión negociar la libertad de dos mercenarios pertenecientes a la empresa contratista de acciones paramilitares SilverCorp USA INC, que lideró la incursión armada contra Venezuela que buscaba secuestrar e incluso asesinar, si era necesario, al presidente Maduro y otros altos cargos del Ejecutivo y el Estado venezolano.

«Entre los ciudadanos estadounidenses encarcelados en Venezuela hay dos ex boinas verdes, Luke Denman y Airan Berry, detenidos en mayo cuando participaban en un intento frustrado de derrocar a Maduro organizado desde la vecina Colombia«, cita AP.

El exembajador estadounidense también buscaría negociar la libertad de seis directivos de Citgo, la refinería petrolera con sede en Houston, que pertenece a Petróleos de Venezuela (Pdvsa) y que están detenidos por sus vínculos en la trama de corrupción interna de la Estatal petrolera que además involucra al prófugo de la justicia venezolana Leopoldo López.

Detalla AP que en el caso de exdirectivos de Citgo, cinco de ellos tienen doble nacionalidad, estadounidense y venezolana y otro cuenta con residencia permanente en Estados Unidos.

Estos «ejecutivos» fueron llamados a Caracas para una reunión a finales de 2017 en las oficinas de PDVSA, lugar donde fueron detenidos.

«Aunque la visita de Richardson es una misión privada, la coordinó con el Departamento de Estado de Estados Unidos y ha mantenido a las autoridades estadounidenses al tanto de sus planes, según una persona familiarizada con el viaje que habló a condición de no ser identificada para comentar los detalles de planificación», dice Goodman.

El periodista de AP agrega que este nuevo «episodio de diplomacia cara a cara, marca un gran contraste con la política estadounidense de ‘máxima presión’ sobre un líder al que Washington considera un dictador y un narcotraficante», todo esto, sin tener pruebas que ratifique tales acusaciones, más que su empeño en sacar al Gobierno chavista del Poder Ejecutivo y el continuo sabotaje contra la población al aplicarle medidas coercitivas unilaterales que deterioran su calidad de vida para inculpar a Maduro.

Goodman recuerda en su artículo que el gobierno de Trump cerró la embajada estadounidense en Caracas en marzo de 2019, tras reconocer a Juan Guaidó, un diputado de la asamblea nacional que es pupilo de Leopoldo López y que se autoproclamó en una plaza, sin ningún resquicio legal que lo ampare, como supuesto «gobernante legítimo» del país, para así tratar de crear un Estado paralelo, un plan que con el pasar el tiempo va perdiendo peso y sobre todo va mostrando sus costuras de irrealidad.

«Últimamente Trump parece haber perdido confianza en la capacidad de Guaidó para derrocar a Maduro, que ha mostrado una sorprende resiliencia ante duras sanciones estadounidenses, que han acelerado el colapso económico del país miembro de la OPEP», explica Goodman, quien cita a Trump haciendo mención al autoproclamado.

“Parece estar perdiendo algo de poder”, dijo Trump sobre Guaidó el pasado viernes, en una entrevista con Telemundo. “Queremos a alguien que tenga el apoyo del pueblo. Yo apoyo a la persona que tenga el apoyo del pueblo”, resaltó.

Richardson, que fue embajador de Estados Unidos ante Naciones Unidas durante la presidencia de Bill Clinton y también fue gobernador de Nuevo México, ha abierto canales diplomáticos extraoficiales con varios gobiernos calificados por Washington como «hostiles hacia Estados Unidos», entre ellos: Irán, Cuba y Corea del Norte. En esos procesos logró conseguir la liberación de unos 40 estadounidenses, explica Goodman.

«Entre ellos están el veterano de la Marina estadounidense Michael White, liberado el mes pasado por Irán tras dos años encarcelado, en el marco de un acuerdo que evitó al médico estadounidense-iraní pasar más tiempo en prisión en Estados Unidos», añade.

Según AP, la relación de Richardson con Maduro se remonta a la época en la que el líder venezolano viajaba a Naciones Unidas como canciller de Venezuela durante la Presidencia de Hugo Chávez. Además, los dos diplomáticos volvieron a coincidir en 2018, en la investidura del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.

Richardson también hizo gestiones a favor de otro estadounidense retenido en Caracas, el exmisionero mormón Joshua Holt, liberado en 2018.

(LaIguana.TV)