Diaria y voluntariamente entregamos información de los lugares que visitamos, las compras que realizamos y con quienes interactuamos, de allí que los emporios tecnológicos y gobiernos hagan uso de Big Data, servicios en la nube, algoritmos de redes sociales digitales y la creación de necesidades de consumo que son empleados con la excusa de mantenernos seguros y entretenidos, mientras se espera por las vacunas.
 
Esta nueva modalidad del capitalismo trasladada a entornos digitales, se basa en el tributo que hacemos como usuarios y usuarias al Señor Feudal de servicios de internet y plataformas dominadas por los monopolios de Silicon Valley, y que forma parte del feudalismo tecnológico, del que habla el activista de internet bielorruso Evgeny Morozov. El G20 o club de países ricos y poderosos del orbe, determinó en octubre de 2020, que la COVID-19 desencadenó una alta demanda de la población conectada digitalmente. las estimaciones indicaron que 4.57 mil millones de personas están conectadas a internet, pero también que 5.16 mil millones o 66% tienen un teléfono celular. La digitalización y automatización de nuestras relaciones interpersonales y hábitos, no escapan de la hipervigilancia y rastreo de nuestros datos que más allá de la capitalización y rentabilidad de este esquema transnacional y financiero, se ha instalado un nuevo orden de gobernabilidad totalitario orquestado por lo online.  
 
 
Llegó 2021 y con él nuevas cepas del virus junto a la continuación, instalación y consolidación de todo lo anterior, pero las maniobras de entretenimiento y diversión, Made in Hollywood, tienen en la psicopolítica un elemento distractor que buscará a todo coste, sumergirnos en en el uso de las burbujas de ocio para evitar contener las cifras de aumento de infecciones y muertes que resultaron del mal manejo de las políticas de protección de la población por parte de Donald Trump.
 
(LaIguana.TV)