El nuevo representante de la extinta Asamblea Nacional de 2015 ante el gobierno de los Estados Unidos, Fernando Blasi, exhortó a la administración Biden a relajar las draconianas sanciones que ha impuesto a la industria petrolera venezolana, so pena de que sirvan para convertir a Venezuela «en otra Cuba, con Washington como chivo expiatorio por el aumento del autoritarismo y las dificultades económicas», recoge The Associated Press (AP).

«Si seguimos por este camino, Venezuela está destinada a ser otra Cuba», sostuvo Blasi en una entrevista concedida a la agencia estadounidense el pasado viernes desde la ciudad de Miami.

El venezolano de 51 años, que migró a territorio estadounidense antes del ascenso del presidente Nicolás Maduro al poder, aseveró que si Washington mantiene esta política de máxima presión, «se convertirá en un problema para los políticos de Florida ganar las elecciones» y valoró que ese escenario «sería un destino extremadamente triste para un país».

De acuerdo con el informe de AP, Blasi «discutió el futuro de las sanciones estadounidenses en reuniones recientes con miembros del Congreso principalmente demócratas, incluido el representante Gregory Meeks, el miembro de mayor rango en el Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara».

Empero, el devenido representante de la fenecida instancia parlamentaria advirtió que en las conversaciones no ejerció vocería en nombre de la Plataforma Unitaria –coalición de políticos y partidos opositores auspiciados por la Casa Blanca–, porque muchos de integrantes desaprueban que el gobierno venezolano obtenga supuestos beneficios sin haber asumido compromisos con ese sector político antes de las elecciones presidenciales de 2024.

Por su lado, el gobierno encabezado por el presidente Joe Biden ha asegurado que está preparado para levantar algunas sanciones, siempre que Maduro acceda a ciertas demandas concretas, como no impedir la participación del candidato que resulte electo en la elección primaria que organiza la Plataforma Unitaria.

Sin embargo, varios de los precandidatos que han manifestado interés en competir en esa arena arrastran inhabilitaciones para el ejercicio de cargos públicos, incluyendo a Juan Guaidó, María Corina Machado y Henrique Capriles Radonski.

Asimismo, pese al aparente interés de relajar las sanciones, Estados Unidos apenas ha otorgado una licencia a Chevron que le autoriza a participar de la producción de petróleo en Venezuela con muchas limitaciones y una duración inicial de seis meses que vencen el próximo mayo, de manera tal que el régimen de medidas coercitivas unilaterales heredado de la era Trump sigue vigente.

En opinión de Blasi, quien es un dirigente desconocido de Un Nuevo Tiempo, partido del actual gobernador de Zulia, Manuel Rosales, el ritmo de relajación de las restricciones es muy lento y el estancamiento de las conversaciones en México tampoco coopera en el avance de la negociación política.

«Dijo que cualquier alivio de las sanciones brindaría un alivio muy necesario a los venezolanos regulares golpeados por la alta inflación y la escasez. Si Maduro no cumple con sus compromisos, las concesiones pueden revertirse rápidamente», sintetiza AP.

Al ser consultado por la agencia sobre este tema, el Departamento de Estado respondió en un correo electrónico que «la política de Estados Unidos es calibrar las sanciones sobre la base de la necesidad humanitaria y los resultados democráticos positivos y siempre en estrecha coordinación con la Plataforma Unitaria».

El trabajo periodístico subraya que Biasi, oriundo de Maracaibo, se ha sumado a la política de Rosales y su tolda de cerrar filas con Maduro para exigir el fin de las sanciones y si bien su proyección es escasa, fue designado como «consejero económico de Venezuela» en la embajada de Estados Unidos durante el pretendido gobierno interino de Juan Guaidó.

«Reflejando el nuevo enfoque práctico de la oposición, Blasi dijo que no buscará tomar el título de embajador de Venezuela en Washington como fue el caso en los últimos cuatro años. El presupuesto para las misiones diplomáticas aprobado el mes pasado por los legisladores de la oposición elegidos a la Asamblea Nacional en 2015 fue de 646.800 dólares, en comparación con un promedio de 5,8 millones de dólares en los últimos tres años«, puntualiza AP.

No obstante, «Blasi y un pequeño equipo» estaría buscando «cobertura diplomática» y «algún tipo de reconocimiento oficial» para acceder a los 144 millones de dólares del Banco Central de Venezuela retenidos ilegalmente por la Reserva Federal «y en los que la oposición confía para financiar el llamado Fondo de Liberación para acelerar una transición política».

Para ello, el pretendido representante de la inexistente AN-2015 estaría apostando al respaldo bipartidista, pues en sus cálculos, el matrimonio con la política de «línea dura» del expresidente Donald Trump, llevó a muchos a plegarse a la agenda de los políticos republicanos en Florida y a descartar otras posibles alianzas con miembros del Partido Demócrata.

«No quiero hacer lo que sucedió en el pasado y simpatizar con un partido político para boicotear los esfuerzos del otro», alegó.

En todo caso, la ineficacia de la estrategia de máxima presión para deponer a Nicolás Maduro, derivó en la defenestración de Guaidó y su pseudo gobierno el pasado enero y, en su lugar, un resto ya menguado del Parlamento de 2015 –cuyas funciones cesaron constitucionalmente el 5 de enero de 2021– optó por poner a la cabeza a personeras residentes en el extranjero y sin incidencia en la política local venezolana.

(LaIguana.TV)